Las autoridades de Rusia han tomado la determinación de incluir al denominado "movimiento satanista internacional" en su lista oficial de organizaciones catalogadas como terroristas y extremistas. Esta decisión, anunciada el pasado viernes, implica que cualquier persona identificada por la justicia rusa como vinculada a este movimiento podría enfrentarse a severas penas de prisión.
Esta acción sigue una tendencia observada a finales de 2023, cuando Rusia adoptó una medida similar contra lo que describieron como el "movimiento internacional LGTB". Tal formulación generó preocupación entre los defensores de derechos humanos, quienes temen que estas acciones conduzcan a una mayor represión de ciertas comunidades dentro del país.
El "movimiento satanista internacional" ahora figura en el listado oficial publicado en el sitio web del servicio ruso de vigilancia de las transacciones financieras. Esta inclusión es resultado de un fallo del Tribunal Supremo ruso que, en julio, prohibió formalmente la existencia de este movimiento, a pesar de que no se ha identificado ninguna organización que opere con ese nombre exacto.
Según la fiscalía general rusa, que actuó como solicitante de esta medida, se determinó que este movimiento promueve una ideología basada en el extremismo, el odio y la hostilidad hacia las confesiones religiosas tradicionales. Además, se acusa a sus seguidores de practicar ritos ocultistas, asesinatos rituales y otros delitos, algunos de ellos cometidos contra menores.
El presidente Vladimir Putin, conocido por su cercana relación con la Iglesia Ortodoxa Rusa, ha criticado en repetidas ocasiones a las potencias occidentales, calificándolas de "decadentes" y "satánicas" debido a su tolerancia hacia las personas LGBT+. Esta retórica se ha intensificado en un contexto donde Rusia ha sido escenario de crímenes perpetrados por individuos que se identifican como satanistas, incluidos asesinatos de naturaleza ritual.