Santo Domingo, R.D. — Con profundo pesar, familiares y amigos despiden este martes 15 de julio de 2025 a la ilustre profesora Grecia Estela Terrero viuda Vidal, cariñosamente conocida como “Doña Estelita”, quien dedicó su vida a sembrar las bases de la educación en este rincón de la región Enriquillo. Su partida marca el fin de una era para quienes crecieron y aprendieron bajo su ejemplo de vocación, disciplina y entrega.

Nacida en el pueblo de Enriquillo, la profesora Estelita fue la primera directora y fundadora de la Escuela Primaria Mencia, iniciando su labor cuando aún no existía una escuela formal en Paraíso. En sus inicios, impartía clases en condiciones humildes, con pupitres improvisados y sin recursos, movida únicamente por el deseo de enseñar y transformar vidas a través del conocimiento.

Su historia está íntimamente ligada al desarrollo educativo del municipio. Fue la primera maestra de decenas de generaciones de estudiantes, muchos de los cuales hoy son profesionales, líderes comunitarios y figuras destacadas de la región. Uno de ellos, el reconocido músico y ex síndico de Paraíso, Miguel Matos Acosta, rememoró que a los 7 años fue llevado por su abuela a inscribirse en la escuela donde enseñaba Estelita. En aquel entonces, la profesora explicó que no podía recibirlo porque ya tenía 50 alumnos y no había espacio, pero tras la insistencia de la abuela, accedió con una condición: “Está bien, que venga y que traiga su propio asiento”. Así comenzó Miguel sus estudios, con su silleta en la cabeza y el entusiasmo que su maestra supo cultivar.

La profesora Estelita no solo alfabetizó y enseñó materias básicas, sino que inculcó valores humanos y comunitarios, convirtiéndose en una figura maternal para muchos. Su disciplina, firmeza y dulzura marcaron generaciones. Fue testigo y parte activa de los primeros pasos educativos del municipio, abriendo puertas para que la educación llegara a todos, sin importar las condiciones.

Durante sus años de servicio, enfrentó múltiples desafíos, pero nunca abandonó su compromiso con la enseñanza. Fue referente de lo que significa educar por vocación, formando con amor, paciencia y convicción a niños que en aquel entonces no imaginaban cuánto impactaría en sus vidas aquella pequeña aula improvisada.

Su legado es profundo e imborrable. Su nombre permanece en la memoria viva de Paraíso, en cada rincón del plantel que ayudó a fundar, y en el corazón de los miles que recibieron de ella sus primeras letras. Hoy, su partida no solo enluta a su familia, sino a toda una comunidad que la respeta, la honra y la recuerda con gratitud.

Sus restos están siendo velados en la Funeraria Blandino de la Sabana Larga, donde familiares, amigos, exalumnos y autoridades locales se han dado cita para despedirla y rendirle homenaje.

Paz y descanso eterno para su alma. Su ejemplo seguirá guiando las nuevas generaciones.

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