Una comunidad está sumida en el escándalo mientras se lleva a cabo el juicio de Brendan Luke Stevens, un hombre de 62 años y líder del grupo religioso conocido como ‘Los Santos’. Stevens enfrenta la justicia junto con Jason Richard Struhs, el padre de la niña de ocho años fallecida, Elizabeth Struhs.

El caso ha generado controversia debido a la influencia de las creencias religiosas en decisiones médicas críticas.

Detalles del Caso:

Los acusados, que incluyen a la madre de Elizabeth, Kerrie Elizabeth Struhs, forman parte de un grupo de 14 personas que, según la fiscalía, negaron a la niña la medicación necesaria para controlar su diabetes tipo 1. Elizabeth falleció el 7 de enero de 2022 en su hogar en Toowoomba, al oeste de Brisbane, después de que sus padres y otros miembros del grupo supuestamente le retiraran la insulina durante seis días.

En el tribunal, Stevens y los demás acusados han decidido representarse a sí mismos, rechazando la asistencia legal y la libertad bajo fianza. Durante su declaración de apertura, Stevens argumentó que el juicio es una “persecución religiosa” y defendió las acciones del grupo como razonables dentro de su fe. “Creemos en Dios. Vemos que en general hay hipocresía en el país y hemos optado por caminar con Dios. Es razonable creer en Dios. La fiscalía ha sugerido que no es razonable”, declaró Stevens ante el juez Martin Burns.

Testimonios y Evidencias:

La fiscalía presentó a varios testigos para reconstruir los eventos que llevaron a la trágica muerte de Elizabeth. La paramédica Michelle King, una de las primeras en llegar al lugar, describió la escena perturbadora que encontró: unas 20 personas reunidas en la casa, entonando cánticos mientras Elizabeth yacía sin vida en un colchón. Jason Struhs, el padre de la niña, se mostró sorprendentemente sereno y sin signos de angustia emocional, según el testimonio de King.

Rachel Doljanin, ex oficial de escenas del crimen, testificó sobre las condiciones en la casa de los Struhs, proporcionando fotografías inquietantes del cuerpo de Elizabeth y de la reunión de los miembros del grupo en el patio delantero, algunos de ellos cantando y tocando la guitarra.

Caroline Marco, la fiscal del caso, argumentó que los padres de Elizabeth y el grupo entero habían actuado de manera negligente y peligrosa al retirar la insulina, basándose en sus creencias de que las medicinas creadas por el hombre no eran necesarias. Afirmó que Elizabeth sufrió terriblemente durante los días previos a su muerte, pasando de un estado de dolor y vómitos a la inconsciencia y, finalmente, a la muerte por cetoacidosis diabética.

Impacto Social y Legal:

El juicio reveló detalles escalofriantes de cómo, tras la muerte de Elizabeth, los miembros del grupo intercambiaron mensajes esperando que Dios la resucitara. Sin embargo, estas esperanzas no se materializaron, y la tragedia se consolidó con la niña fallecida en un colchón en el suelo de baldosas de una habitación de la planta baja.

El proceso judicial continúa, con previsión de extenderse durante otras 11 semanas. La comunidad y el país observan atentamente, reflexionando sobre los límites entre la fe y la responsabilidad parental, mientras se buscan respuestas y justicia para Elizabeth Struhs.

Este caso ha despertado un debate profundo sobre la libertad religiosa y los derechos de los niños a recibir atención médica adecuada. Las próximas semanas serán cruciales para determinar las consecuencias legales y sociales de estas acciones basadas en la fe.

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